Os independentistas arremetem contra Marrocos e a ONU por não permitir a supervisão do respeito dos direitos humanos.
A chegada de observadores ou de jornalistas estrangeiros anima os independentistas saharauis a lançarem-se à rua para reivindicar a autodeterminação da antiga colónia espanhola. A sua presença proporciona-lhe uma certa sensação de impunidade temporal ante as forças da ordem marroquinas. Mas a manifestação que teve lugar este sábado em El Aaiún, a capital do Sahara Ocidental, foi das mais participandas. “Não se tinha visto nada semelhante desde 1976, o ano do abandono espanhol da colónia”, assegura Hamad Hamad, celebre ativista saharaui.
Miles
de personas” se concentraron, según él, en la céntrica avenida Smara de esa
ciudad de 190.000 habitantes en la que los saharauis son minoría. A juzgar por
los vídeos allí grabados la cifra puede ser exagerada, pero la manifestación
era desde luego más numerosa que los saltos de protesta que los
independentistas dan desde el 25 de abril en las principales ciudades del
Sáhara.
Convocada
a través de las redes sociales, la manifestación coincidió con la estancia de seis periodistas, todas ellas mujeres, corresponsales de prensa norteamericanas
y británicas. El viaje estaba organizado por la Fundación Internacional de Mujeres en los Medios de Comunicación. Su presencia en la calle retrasó, según
Hamad, las cargas policiales hasta que se marcharon para entrevistarse con el
Gobernador Civil, Khalil Dkhil.
A los
eslóganes a favor de la autodeterminación del Sáhara y contra Marruecos, a las
banderas de la República Árabe Saharaui Democrática –la entidad creada por el
Frente Polisario- se añadieron esta vez algunos estandartes de Estados Unidos
en agradecimiento por la iniciativa de su embajadora ante la ONU, Susan Rice.
Esta
presentó, a mediados de mayo, un proyecto de resolución que ampliaba el mandato
de la Minurso, el contingente de la ONU desplegado en el Sáhara, para que
pudiese supervisar el respeto de los derechos humanos en el territorio bajo la
autoridad de Rabat y también en la franja que controla el independentista
Frente Polisario así como en los campamentos de refugiados de Tinduf.
El
tajante rechazo de Marruecos, respaldado abiertamente por Francia y, con
discreción, por España y Rusia, obligó a EE UU a renunciar a su propuesta. La
resolución que se aprobó el 25 de mayo recalca la necesidad de respetar los
derechos humanos, pero no instaura ningún mecanismo para vigilar su
cumplimiento. La Minurso sigue siendo la única misión de paz de la ONU que
carece de competencias en esa materia. El Partido Nacionalista Vasco (PNV) ha
pedido la comparecencia del ministro de Exteriores, José Manuel
García-Margallo, en el Congreso de los Diputados para que explique el papel de
España en este asunto.
Desde
grupos independentistas se han echado a la calle casi a diario, pero sus
concentraciones han sido disueltas con contundencia por la policía y las
fuerzas auxiliares (antidisturbios). El jefe superior de policía de El Aaiún,Abdelbasset Mahtat, justificó, el 1 de mayo, las cargas porque los
manifestantes están “a sueldo de partes extranjeras [Argelia]” y enarbolan
“banderas que simbolizan una entidad fantoche [RASD] y profieren eslóganes
antimarroquíes”.
Mahdat
aseguró que 70 agentes habían resultado heridos y 11 vehículos policiales
dañados, sobre todo a causa del lanzamiento de piedras, y la televisión mostró
a algunos de ellos vendados en el hospital militar de El Aaiún. No dio cifras
de heridos entre los manifestantes.
El
jefe policial no lo dijo, pero bajo cuerda las autoridades marroquíes reconocen
que la aceptación de visitas de delegaciones extranjeras les plantea un
auténtico dilema. Por un lado, señalan, quieren acogerlas porque no tienen nada
que esconder, pero, por otro, saben que su llegada lleva aparejada disturbios
callejeros.
Los
independentistas no tienen, sin embargo, el monopolio de tirar pedruscos. La policía apedreó, el 30 de abril por la noche, el domicilio de la activista Sultana Khaya en Cabo Bujador, según muestra un vídeo difundido por los
independentistas. Dos investigadoras de Amnistía Internacional (AI) que estuvieron,
a finales de abril, en El Aaiún afirmaron que las fuerzas del orden lanzaban
piedras.
AI
todavía no han puesto por escrito las conclusiones de su visita al Sáhara, pero
la que sí ha redactado un informe es la Asociación Marroquí de Derechos Humanos
(AMDH). Critica con dureza la actuación de los antidisturbios. Son “acusaciones
(…) sin fundamento”, según el Ministerio del Interior marroquí.
Aunque
la policía marroquí no ha practicado detenciones para no incrementar la
tensión, la represión ha debido de ser enérgica. Prueba de ello es que Philippe Lalliot, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores francés, recordó, el
29 de abril, el apego de Francia “al derecho a manifestarse pacíficamente”.
Lamentó “la violencia que se saldó con varios heridos”, en una velada crítica a
la actuación policial marroquí.
El
éxito de Marruecos en la ONU ha reactivado el nacionalismo del Istiqlal, el
segundo partido de Marruecos y socio de los islamistas moderados en la
coalición gubernamental. Su secretario general, Hamid Chabat, anunció en unmitin del 1 de mayo que iba a pedir al Gobierno que recupere “el territoriomarroquí usurpado” por Argelia, es decir, ciudades como Bechar, Elknadssa yTinduf.
A lo
largo de esta semana se han producido también disturbios en Sidi Ifni, un
enclave que España descolonizó en 1969. La protesta era de índole social y, al
disolvieron, ocho agentes de las fuerzas del orden resultaron heridos, según el
Ministerio del Interior.
Ignacio
Cembrero - Madrid 5 maio 2013 – EL PAIS
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