Mohamed Abdelaziz em Nova
Iorque, com Mohamed Yeslem Beissat, novo representante saharaui em Washington |
Ante o impasse que sofre o
conflito saharaui desde há 40 anos, Polisario e Marruecos estão empenhados numa
corrida diplomática para influenciar o ator internacional que poderia dirimir o
litígio: os Estado Unidos. E em concreto ganhar adeptos no seio do Capitólio,
lugar onde se materializam as decisões que afetam o destino mundial. A última
iniciativa foi lançada pela Polisario na passada semana com uma visita de quatro
dias do seu Secretário-Geral e Presidente saharaui a Washington e
posteriormente a Nova Iorque.
Mohamed Abdelaziz mantuvo en esta gira a la capital norteamericana una
serie de reuniones con funcionarios del
Departamento de John Kerry, miembros de
la Cámara de Representantes y del Senado, entre ellos el republicano James
Inhofe (Oklahoma), que en su momento visitó a los campamentos saharauis; y la demócrata Betty McCollum (Minnesota), quien manifestó “su honor” al recibir el
dirigente del Polisario. Finalizada su visita a la capital norteamericana,
Abdelaziz se dirigió a Nueva York, no sin antes expresar su “satisfacción y
optimismo” por los resultados de la visita.
En Nueva York el mandatario saharaui se encontró con el secretario general de la ONU, Ban Ki – moon,
en la sede de la Organización Internacional, al que invitó a que “visite el
Sáhara Occidental para relanzar el proceso de diálogo con Marruecos”; y Ban le
reiteró su “compromiso con la autodeterminación del pueblo saharaui”. Asimismo,
Abdelaziz se entrevistó con el presidente del Consejo de Seguridad, el
británico Mark Lyall Grant, al que le acompañaba el enviado personal para el
Sáhara Occidental, Christopher Ross, el Secretario General Adjunto de las
Naciones Unidas responsable de los derechos humanos, Ivan Simonovic, y altos
responsables de la ONU encargados del mantenimiento de paz y de asuntos
políticos.
Abdelaziz terminó así una gira de casi una semana, justo unos días
después de que una delegación del Congreso de EEUU hiciera una visita a los
campamentos de refugiados saharauis. Y a tener de las palabras del también
secretario general del Polisario, todos con los que se entrevistó han expresado
su “firme apoyo” a los esfuerzos de la
ONU y Christopher Ross para hacer avanzar el proceso de negociaciones entre las
dos partes en conflicto el Frente
Polisario y Marruecos.
Toda esta suerte ‘oficial’ del líder saharaui se contradice con la que
se encontró la delegación marroquí el pasado abril cuando fue declinada su
audiencia con John Kerry, secretario de Estado de EEUU, precisamente por el
comportamiento histérico de Marruecos, con respecto a la ampliación de las competencias de la MINURSO para supervisar los derechos humanos en el Sahara
Occidental, propuesta por la futura Consejera de Seguridad Nacional, Susan
Rice.
Estados Unidos ya no mira con los mismos ojos a Marruecos como hace
años. La “inamovible, ejemplar e
histórica” relación que les ha mantenido durante décadas, ahora se tambalea,
aunque sea a ritmo calmoso, y en gran parte por el conflicto saharaui.
Desde que se abrió la delegación saharaui en los años 90 en
Washington, el Polisario tuvo como principal actividad “convencer” al gobierno estadounidense y al
Congreso de sus pacíficos pretensiones; pero sobre todo contrarrestar el lobby
de Marruecos, y al que régimen alauí dedica muchos recursos.
O congressista Joseph Pitts,
Mohamed Abdelaziz,
secretario-general da Frente Polisario, e Mouloud Said (2001)
|
Y tanto les convenció que hoy incluso hay lobby en pro del Polisario.
Siendo el Centro para la Justicia y los Derechos Humanos Robert F. Kennedy el
más visible. Una labor sigilosa pero eficiente de Moulud Said, exrepresentante
del Polisario en D.C, quien en una entrevista en 2005 reconoció que “desayuna,
come y hasta cena en el Capitolio”. Said, que fue sustituido de su puesto el
pasado septiembre, después de más de 20 años en Washington, consiguió sus
primeros resultados, tras años de persuasión a los políticos estadounidenses
que “pensaban que el Frente Polisario formaba parte del bloque soviético y que
eran terroristas”. La primera buena señal se produjo en 1997 cuando el Congreso
aprobó una resolución unánime respaldando un “referéndum de autodeterminación
libre y justo en el Sáhara Occidental.”
A partir de allí las cascadas de visitas de congresistas, senadores y
personalidades norteamericanos a los campamentos. En 2008 el Premio de DerechosHumanos Robert Kennedy a la activista saharaui a Aminetu Haidar. En 2011 el
Congreso aprobó una ley que condicionaba toda la ayuda militar de EE.UU. a
Marruecos por el respeto de los derechos humanos en el Sáhara Occidental. Y en
abril de 2013 Estado Unidos propone que la MINURSO tuviera competencias en
materia de derechos humanos.
Marruecos por su parte mira con preocupación estos acontecimientos. La
última gira del dirigente saharaui a Washington fue vista por los medios de
comunicación marroquí como un desafío y a vez que como una debilidad
diplomática del gobierno de su país. Incluso van más allá y se preguntan si
ahora el Polisario está recabando apoyos para el reconocimiento de la RASD como
miembro observador de la ONU, al estilo palestino.
Mohamed Yeslem Beissat, novo representante
da Polisario em Washington
|
Estados Unidos está mirando al conflicto saharaui con otra perspectiva
que requiere que Polisario aproveche la nueva coyuntura. Y en esa tarea está
inmerso el nuevo representante del Polisario en Washington, Mohamed Yeslem
Beissat, que con ciertas reticencias se incorporó al nuevo cargo apenas unos
meses antes de la vista de Mohamed Abdelaziz; y unos días después de que Obama
anunciará que Samantha Power será la nueva embajadora de EE.UU. ante las
Naciones Unidas. Power, de 41 años, es conocida por su defensa a la
autodeterminación y los derechos humanos. Sustituye a Susan Rice, quien a su
vez será anunciada como Consejera de seguridad nacional de Obama. Ambas mujeres
son muy cercanas al Centro Robert F. Kennedy.
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