Andoni Sáez de Buruaga numa cova onde aparecem pinturas de girafas, feitas há pelo menos 6.000 anos, quando o deserto era ainda um pomar com elefantes e leões. |
Andoni Sáez de Buruaga é professor de Pré-História na
Universidade do País Basco. Estudioso da cultura antiga do Sahara. Leva 9 anos
de investigações e 18 expedições realizadas no terreno. A última realizou-a nos
meses de setembro e outubro 2013. Registou testemunhos de antigos beduínos testemunhas
vivas de uma cultura nómada do deserto que está morrendo.
Andoni Sáez de Buruaga regressa uma vez mais da região de
Tiris na região mais meridional da zona libertada do Sahara Ocidental. Noutros
tempos era conhecida como a região do Rio de Ouro. Tem uma extensão de 30.000 quilómetros
quadrados e é habitada apenas por nómadas beduínos. Uma zona muito pouco
investigada.
Este es
el escrito que me enviaba Andoni previo a la entrevista en el programa de Radio
Euskadi “La Casa de la Palabra”.
Anotaciones
para la entrevista de Roge Blasco a Andoni Sáenz de Buruaga en “La Casa de la
Palabra” (04.11.2013) sobre la última expedición al Sahara Occidental:
La
cultura tradicional de los nómadas del Occidente del Sahara a través del
registro de las enseñanzas y recuerdos de su experiencia y memoria
– Dentro del trabajo de recuperación del
patrimonio cultural del Tiris -esa extensa región situada a 1 millar de km al S
de los Campamentos de Tindouf- solemos alternar unas misiones de contenido
arqueológico, climático y medioambiental, con otras de contenido más
etno-antropológico. Mientras las primeras las efectuamos habitualmente en el
invierno (Enero-Febrero), las segundas las desarrollamos alguna vez en
primavera (Marzo-Abril) y frecuentemente en otoño (Septiembre-Octubre).
– En esta última misión que hemos hecho en
el Sahara, hemos continuado con una labor ya emprendida años anteriores que
consiste en recuperar la cultura beduina desde el recuerdo y las enseñanzas que
atesoran los viejos nómadas en su memoria. Para ello, se confecciona un
formulario de preguntas con una importante diversidad de sujetos temáticos que
se refieren a las tradiciones y costumbres que han formado parte de la vida de
los habitantes del desierto.
– Interrogamos a personas mayores: que
superen los 60 años de edad y que por tradición familiar su vida haya estado
asociada a la cultura nómada. Les pedimos que nos hablen de su experiencia en
el desierto y del Sahara de otro tiempo: que cierren los ojos y recuperen de la
memoria aquel tiempo en que eran niños y acompañaban por el desierto a sus
padres y abuelos. Ese “Sahara de otro tiempo” es precisamente el que nos
interesa conocer: el que ellos pudieron apreciar en su infancia o del que
oyeron hablar a sus mayores aunque ello no lo vieran.
– Las cuestiones que les planteamos tienen
que ver con las facetas habituales de la vida de los nómadas: los espacios e
itinerarios que realizan; la composición de los campamentos nómadas; los
instrumentos que elaboraban y en qué materiales; las prácticas
socio-económicas: ganadería, caza, recolección de vegetales silvestres, cultivo
de cereales; la alimentación y la conservación de alimentos por medio del
secado por el aire; los remedios curativos; las creencias en diablos, espíritus
y las supersticiones con ello vinculadas; etc.
– Nuestro propósito es que estas entrevistas
queden para el futuro como un documento vivo de la cultura tradicional del
Sahara, relatado por sus propios actores, los nómadas saharianos. Que todo ese
material recuperado, lo mismo que hoy a va a sernos útil a nosotros para poder
analizarlo y saber más de esa cultura, lo sea de igual manera a otros
estudiosos que en el futuro (con otros recursos interpretativos) quieran
aproximarse y conocer esta forma de vida por los relatos que hemos conseguido
obtener de sus auténticos protagonistas.
Para ello, nos conducimos mediante un
protocolo de actuación que implica la grabación sonora íntegra de las
entrevistas -que se efectúan en lengua “hassanía” a través de un intérprete
nativo-, así como la filmación y el fotografiado del contexto geográfico y
humano en que se lleva a cabo la encuesta, y algunas partes del desarrollo de
la misma.
– La cultura nómada desértica es una de esas
formas de vida ancestrales de los pueblos de la Tierra que inexorablemente se
muere. Esto no es una presunción nuestra, sino una aseveración que nos hacen
los propios beduinos. Lo cual frecuentemente les lleva a un lamento y añoranza
de aquella otra buena vida de otro tiempo.
Nuestra prioridad en estos últimos años ha
sido registrar un número considerable de entrevistas, para contar con el mayor
número posible de opiniones.
De esta suerte, en los “territorios
liberados saharauis”, especialmente del Tiris, hemos logrado realizar 165
encuestas que contienen un registro sonoro de más de 400 horas de diálogos
efectivos mantenidos. Un material de trabajo y una base documental, sin duda,
muy importantes.
Pero, de cara a completar la perspectiva
sobre la cultura nómada del Occidente del Sahara nos restaría el poder llevar a
cabo una serie de programas de entrevistas en diversas áreas de Mauritania y
del norte de Malí que tradicionalmente han compartido con el Sahara Occidental
unas similares formas de vida. El tiempo nos dirá hasta dónde podemos llegar…
Por otra parte, para tener una mejor
comprensión de la forma de vida nómada (y no basarnos únicamente en lo que las
encuestas nos revelan por la memoria y recuerdos de los beduinos), creí
necesario adquirir una experiencia propia con familias nómadas para contrastar
y mejor entender esos datos. Pensé, pues, que era conveniente el percibir
asimismo cómo se sucede directamente el tiempo en las “jaimas”, en las
actividades, en el desierto. Por esta razón, en algunas temporadas, he estado
conviviendo con grupos de nómadas.
– Algunos aspectos y curiosidades de las
tradiciones y costumbres de los nómadas:
-1) El conocimiento exhaustivo del
medio: relieves, tierras, suelos, vegetales, etc.
-2) La práctica de los itinerarios
y el conocimiento de las estrellas para tomarlas como referencias orientativas.
-3) Los alimentos “exóticos” que se
llegan a comer en épocas de penuria: semillas de hormigueros, plagas de
langostas, etc.
-4) La subsistencia en momentos
extremos: la extracción del agua del estómago del camello; el cuerpo interior
del camello como refugio del calor, etc.
-5) La resistencia física de las
personas y la capacidad de sufrimiento: la dureza que imprime el desierto.
-6) La frugalidad en los alimentos:
básicamente aguantan con leche, agua y cebada o gramíneas silvestres. La carne
está reservada para ocasiones concretas.
-7) Los valores humanos de
colaboración, ayuda, generosidad y hospitalidad con el prójimo.
Hay muchos ejemplos, pero voy a señalar un
caso que toca directamente la generosidad y la ayuda. Tradicionalmente, había
una bolsa o saco que se colgaba del palo central de la “jaima” y en la que cada
semana se introducía un poco de alimento (arroz, cebada, azúcar, etc.) para
dársela a la primera persona necesitada que pase por allá. Se la darán, en
efecto, a esta persona “necesitada”, pero si ésta cree que puede hacerle más
falta a otra que a ella, ésta se la dará a otra. Y si ese otro pensaría lo mismo:
no tocará su contenido, y seguirá contribuyendo con su dote, si piensa que hay
otro al que puede hacerle más falta que a él… Y, a veces ha ocurrido que,
después de un largo recorrido, la bolsa ha regresado abultada con más productos
a la “jaima” de la que partió por vez primera. Es decir, se toma algo si
realmente hace falta hacerlo -por necesidad, no por placer o gusto- y se piensa
en que, a pesar de que uno tenga lo justo, habrá otros que no tendrán eso… No
somos sólo un producto biológico (adaptativo), sino cultural y humanista.
-8) El conocimiento no tanto de las
enfermedades, sino de los remedios que pueden calmar unas dolencias (las más
frecuentes derivadas de resfriados y del sistema digestivo).
-9) La fuerte creencia en la
presencia de diablos (que, a veces, son muy habituales en algunas partes del
desierto) y en supersticiones (como el “mal de ojo”).
-10) Historias de hombres que
perdidos en el desierto llegaron a sobrevivir conviviendo con animales salvajes
(como con los avestruces).
-11) El cómputo de los años que no
se efectúa a partir de una fecha precisa (como la era cristiana o musulmana, o
el año de la fundación de Roma, etc.), sino que cada año se fija, no por número
alguno, sino por algún acontecimiento especial que tiene lugar en la vida de la
cabila (o que particularmente merezca ser recordado por ellos): p. e., el año
de la lluvia de las estrellas, el año de la hierba buena, el año de la
abundancia de algún pasto, el año de la muerte de alguna persona reconocida, el
año de las langostas, el año de la vacuna, etc.
Así,
pues, numeran poco más o menos los años a partir del episodio que aconteció
cuando nacieron, dándoles a los que siguen unos nombres ciertamente expresivos
que tienen que ver con lo cotidiano de su vida y no con el orden de ningún
sistema numeral de cómputo.
– En Febrero próximo acudiremos nuevamente
al Sahara para trabajar en otros campos de estudio tan atractivos como este de
la etno-antropología. En esa próxima ocasión, seguiremos investigando el
proceso de evolución del “Sahara verde” a lo largo de los últimos miles de años
de historia, y asimismo intentaremos seguir descubriendo la presencia de los
diversos colectivos humanos asentados sobre ese espacio desde hace un buen
número de cientos de miles de años.
Fonte: eitb.com
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