Descarga de peixe no Porto de El Aiun
A denuncia de que Marrocos explora ilegalmente as riquezas do território converte-se num dos cavalos de batalha do conflito
Os serviços jurídicos do Parlamento Europeu assestaram em Janeiro de 2010 um severo golpe à política de factos consumados que Marrocos impõe no Sahara Ocidental desde 1975. Os peritos jurídicos da Eurocâmara denunciaram na altura a ilegalidade "da aplicação" do acordo de pescas entre a União Europeia e Marrocos, que inclui as águas saharauis, sublinhando uma realidade que Marrocos pretende ocultar: que o Sahara não é mais do que um território não autónomo; uma colónia.
Partiendo de esta condición, los abogados del Parlamento de Estrasburgo argumentaron, siguiendo la doctrina de Naciones Unidas, que para que el acuerdo fuera legal la población autóctona debería haber dado su visto bueno al convenio y haberse beneficiado de la actividad pesquera. Dos condiciones cuyo cumplimiento se ponía seriamente en duda.
Aunque el dictamen no logró que se suspendiera el convenio -o bien que se excluyeran las aguas saharauis- sí tuvo como consecuencia que el acuerdo pesquero no fuese renovado automáticamente sino que sólo se prorrogara por un año, para disgusto de Marruecos y de sus valedores en la UE, España y Francia. Un plazo que venció el pasado miércoles sin que hubiera acuerdo en Bruselas para sancionar una nueva prórroga de 12 meses, que volverá a ser discutida en unos días.
Pero ya antes de llegar a los despachos de Estrasburgo, la cuestión de la explotación de riquezas naturales del Sáhara como la pesca, los fosfatos y la promesa nunca confirmada de que su subsuelo atesora petróleo, había saltado a la conciencia del pueblo saharaui. Algo que el catedrático de Derecho Carlos Ruiz Miguel define como un "despertar", que atribuye "al 45% de paro, los salarios de miseria de los pocos saharauis que trabajan y a que el sector de los fosfatos y de la pesca está empleando fundamentalmente a colonos marroquíes".
Una huelga de hambre En realidad, trabajadores y activistas de la excolonia española vienen denunciando desde hace años la "marginación" que padecen frente a los marroquíes que viven en su tierra; la precariedad de una población cuyos recursos naturales deberían bastar para ofrecerles una vida digna y sin estrecheces.
Eddaowdi Aomar, de 26 años, es uno de los seis saharauis que hasta el pasado lunes mantuvo una huelga de hambre que duró más de 60 días en la ciudad marroquí de Guelmim. Su objetivo era reclamar el fin "del expolio masivo de los recursos naturales del Sáhara por parte de Marruecos y la mejora de las condiciones económicas de la población saharaui", según un testimonio recogido por un activista de la asociación "Sahara Thawra".
Estos seis jóvenes tomaron el testigo de los miles de saharauis que el otoño pasado montaron el campamento Dignidad para exigir trabajo, pan y respeto, antes de ser desalojados por Marruecos el 8 de noviembre. También lo hizo Ali Saaduni, detenido por la Policía marroquí el 1 de junio en El Aaiún por intentar organizar una manifestación para denunciar el "pillaje de los recursos naturales".
"Muchos jóvenes que estudian en Marruecos están marginados por ser saharauis, mientras que los marroquíes que viven en el Sáhara se benefician de los puestos de trabajo. Las riquezas del Sáhara están además controladas por mafias y por empresas ligadas al Gobierno marroquí", asegura Javier García Lachica, del Observatorio de los Recursos Naturales del Sáhara (WSRW en sus siglas en inglés). Esta red internacional de denuncia creada en 2005 ve en los recursos del Sáhara uno de los motivos que justifican la "ocupación marroquí", subraya García Lachica.
"Sabemos que esta ocupación tiene otros aspectos, como el territorial, pero aun así creemos que lo que en buena parte justifica la ocupación son los beneficios que las autoridades y el rey obtienen del territorio. Mohamed VI se beneficia de los fosfatos y su entorno también: bien lo saben las empresas españolas que han creado empresas mixtas con allegados del rey para operar en el Sáhara", deplora.
Para el responsable del Observatorio, el dictamen de la Eurocámara ha sido crucial en la reivindicación saharaui: "Fue una pequeña revolución.El juego de intereses políticos y el statu quo quedó patas arriba, sobre todo porque luego ha habido un dictamen similar con respecto al acuerdo agrícola y de conservas pesqueras. Todo esto ha puesto muy nervioso a Marruecos, que ha movilizado toda su capacidad de lobby en la UE. Lo dejó claro el ministro de Asuntos Exteriores marroquí [Taieb Fassi-Fihri], cuando dijo que el acuerdo de pesca era sobre todo una cuestión política".
Además de subrayar la ilegalidad de la aplicación del acuerdo, el dictamen amenaza con socavar los argumentos de las muchas empresas extranjeras que, según WSRW, "contribuyen al expolio" con una presencia en el Sáhara que "legitima la ocupación marroquí", asegura García Lachica. "Hay muchas empresas que justifican su presencia allí arguyendo que si la UE lo hace, pues ellos también", precisa el activista.
El ejemplo de la UE
Público se puso en contacto con dos de las empresas denunciadas en las últimas campañas de WSRW: la conservera de pescado Jealsa Rianxeira y los supermercados Mercadona, que compra para su marca blanca, Hacendado, las sardinas que Jealsa envasa en su fábrica de El Aaiún.
Mercadona se limitó a remitir a este diario al distribuidor, Jealsa Rianxeira, mientras que fuentes de esta última empresa aseguraron que su presencia en el Sáhara se produce "en virtud de unos acuerdos vigentes y legales en la UE". Jealsa también precisó que "genera riqueza en la zona" y que de sus "350 empleados, entre 67 y 70 son saharauis".
Carlos Ruiz Miguel tiene claro por qué que la cuestión de la explotación de las riquezas del Sáhara es tan "sensible para Marruecos". En su opinión, la razón última es que "si queda claro que el país es rico nadie pondría en duda la viabilidad del Estado saharaui", una realidad que, concluye, "Marruecos y el Gobierno español quieren ocultar".
Empresas en el Sáhara Occidental
PCS (Estados Unidos)
Fosfatos
Potash corp. es, de acuerdo con los datos del Observatorio de Recursos Naturales del Sáhara Occidental (WSRW), la compañía internacional que más fosfatos adquiere en la excolonia española, pese a que el acuerdo de libre comercio que EEUU tiene con Marruecos excluye expresamente dicho territorio.
Incitec (australia)
Fertilizantes
WSRW sostiene que esta es la segunda empresa en volumen de compra de fosfatos saharauis, que luego utiliza para la vital industria del fertilizante.
Fmc Foret (españa)
Sector químico
Esta empresa española importa “ilegalmente” una media anual de 500.000 toneladas de fosfatos del Sáhara, según WSRW. La firma asegura que cumple con la legalidad y cita un informe encargado al bufete estadounidense Covington & Burling, que define a Marruecos como “potencia administradora”, una condición de la que este país carece según las resoluciones de la ONU.
Rianxeira (españa)
Conservas de pescado
El grupo empresarial gallego Jealsa comercializa las marcas Rianxeira y Escurís. A través de una empresa filial envasa sardinas en El Aaiún (Sáhara Occidental). Uno de sus principales clientes es la cadena de supermercados Mercadona, para los que envasa sardinas destinadas a Hacendado, la marca blanca de la firma. Rianxeira alega que “crea riqueza en la zona” y que tiene contratados a “unos 70 saharauis”.
Granintra (españa)
Construcción
Esta compañía canaria compra arena en el Sáhara Occidental cuyo destino es el sector de la construcción de las Islas.
Isofotón (españa)
Energías renovables
Empresa malagueña de placas solares fotovoltaicas. De acuerdo con los datos de WSRW, en enero de 2009 anunció la adjudicación de 1.200 instalaciones fotovoltaicas en “Marruecos”, algunas de las cuales están en El Aaiun.
Meripur (españa)
Pulpo
Viveros Merimar SL, empresa con sede en Palencia, comercializa pulpo natural y pulpo cocido capturado en Dajla (antigua Villa Cisneros), en el Sáhara.
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