Brahim Ghali, Presidente da RASD e SG da Frente POLISARIO |
Damas y caballeros,
Quisiera de entrada agradecer la celebración de esta reunión, dado que refleja la sincera voluntad de la Presidencia del Consejo y sus miembros de acelerar la implementación de la decisión de la Cumbre Africana Extraordinaria sobre Silenciar las Armas, que se celebró el pasado diciembre.
Lamentablemente, desde el 13 de noviembre de 2020, el enfrentamiento armado ha vuelto a circular en el Sáhara Occidental, como consecuencia de una agresiva acción militar de las fuerzas marroquíes, y su ocupación de nuevas partes del territorio de la RASD, en flagrante violación del acuerdo de alto el fuego firmado por las dos partes, la saharaui y la marroquí, hace treinta años, bajo el auspicio y supervisión de Naciones Unidas y la Unión Africana, en el marco del Plan de Arreglo que prevé la organización de un referéndum de autodeterminación.
La comunidad internacional (Naciones Unidas, Unión Africana, Corte Internacional de Justicia, Corte Europea de Justicia y otros) adoptan una posición jurídica clara con respecto al Sáhara Occidental como al Reino de Marruecos, considerándolos dos países separados y distintos. Por ello, la Asamblea General de las Naciones Unidas, especialmente en sus resoluciones 34/37 del 21 de noviembre de 1979 y 35/19 del 11 de noviembre de 1980, calificó la presencia marroquí en el Sáhara Occidental como una ocupación y exigió su fin.
El pueblo saharaui se vio nuevamente obligado, como sucedió el 31 de octubre de 1975, durante la ilegal invasión militar marroquí al Sáhara Occidental, a recurrir a la defensa de sí mismo y de su derecho a la lucha armada, como medio legítimo garantizado por los convenios internacionales. Consideramos al Reino de Marruecos plenamente responsable de esta nueva escalada y de la amenaza que representa para la paz y la estabilidad en la región, como resultado de su continua obstrucción a la implementación del plan africano de la ONU y su flagrante violación del acuerdo de alto el fuego, con sus políticas y prácticas coloniales destinadas a legitimar la ocupación.
Así como sus graves violaciones de los derechos humanos y el saqueo de los recursos naturales del Sáhara Occidental.
Pero anteponemos a la Unión Africana su responsabilidad y su deber con respecto a esta cuestión africana. Decir que la Unión no debería desempeñar un papel principal en el expediente del Sáhara Occidental, junto con las Naciones Unidas, es una declaración que contradice la verdad histórica y contradice la responsabilidad de la UA de defender sus principios y objetivos.
La Unión Africana no es solo un socio de las Naciones Unidas en el proceso de paz, sino más bien un organismo que trabajó durante muchos años, a través de arduos esfuerzos, que condujeron a la aprobación del Reglamento 104 de 1983, que sentó las bases sobre las cuales el se basó el plan de asentamiento africano de la ONU de 1991.
Para la historia, hay que mencionar que nuestra organización continental ha sido sometida, en más de una ocasión, a acciones irresponsables por parte del Reino de Marruecos, como calificarlo como un ''grupo de percusionistas'' o como la humillante expulsión del componente africano socio en la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sáhara Occidental, MINURSO.
La falta de una postura firme sobre tal expulsión, que hasta el día de hoy no ha sido abordada, ni por Naciones Unidas ni por la Unión Africana, alentó al Reino de Marruecos a seguir subestimando nuestra organización continental, buscando abiertamente vaciarla de su deber, responsabilidad y capacidad para completar la descolonización del continente y resolver los problemas africanos, como el conflicto entre la RASD y el Reino de Marruecos.
Los líderes africanos, cuando acogieron con satisfacción la solicitud de adhesión del Reino de Marruecos a la Unión Africana en 2017, no dejaron de explicar que esto tiene como objetivo mejorar la capacidad de la Unión Africana para encontrar soluciones africanas a los problemas africanos, y para brindar la oportunidad de unir a nuestros países y pueblos en torno a los valores africanos básicos de los miembros fundadores, que son la solidaridad, unidad, libertad e igualdad, de acuerdo con los principios y objetivos del Acta Constitutiva de la Unión Africana.
Sin embargo, después de más de cuatro años, no hemos sido testigos de ningún avance en esa dirección, sino de una expansión del Reino de Marruecos en su intransigencia y flagrante violación del Acta Constitutiva de la Unión Africana. La agresión, la adquisición de tierras por la fuerza y el incumplimiento de las fronteras de los Estados miembros son las mayores amenazas para la estabilidad del continente y la existencia y armonía de la Unión Africana, además de ser considerados precedentes que no se pueden tolerar. ¿Podemos aceptar que un país africano se convierta en una potencia colonial que destruya todos los principios y valores comunes de nuestra organización y nuestros pueblos?
Su excelencia,
Nos dirigimos a usted para hacer justicia al pueblo saharaui, que se ha tomado en serio los esfuerzos de la comunidad internacional encaminados a descolonizar sus últimos baluartes en África, y que ha depositado su plena confianza en los organismos regionales e internacionales, que tienen la responsabilidad de defender la legitimidad internacional.
Registramos la totalidad de las resoluciones de la Unión Africana sobre el conflicto en el Sáhara Occidental y pedimos que se apliquen rápidamente, incluida la decisión de la Cumbre Extraordinaria sobre el Silencio de las Armas, de diciembre de 2020.
Nosotros, en la RASD, les informamos de nuestra plena disposición para implementar esta resolución, que estipulaba la labor a desarrollar para resolver el conflicto entre los dos estados miembros de la Unión; la RASD y el Reino de Marruecos, en línea con los principios y objetivos de la RASD, del Acta Constitutiva de la Unión Africana y sus resoluciones, así como las recomendaciones relevantes de las Naciones Unidas.
Le pedimos, en nombre de los valores compartidos, que contribuya activamente al establecimiento de la paz entre la RASD y su vecino, el Reino de Marruecos, sobre la base del respeto de las fronteras, la no adquisición de tierras por la fuerza, el respeto de la soberanía de los estados miembros, la unidad e integridad territorial de sus territorios y el derecho de los pueblos africanos, sin discriminación, a la autodeterminación, independencia y soberanía.
Brahim Ghali, presidente de la RASD. - Consejo Africano de Paz y Seguridad (UA).
09-03-2021
Sem comentários:
Enviar um comentário