Diversos Meios de Comunicação fizeram eco das investigações
realizadas pela Universidade do País Basco no Sahara Ocidental, num local
denominado Fadret Leguiaa, na região de Smara, onde foram assassinados
impunemente pelo exército marroquino e enterrados em fossas comuns vários
saharauis, cujos restos mortais aparecerem com objetos pessoas, incluindo Bilhetes
de Identificação espanhóis, roupas, etc.
La
Fundación Sahara Occidental muestra su repulsa a las mentiras, falsedades y barbarie que esconde el régimen
marroquí, tras la ocupación del Sahara Occidental. La existencia de tratos
degradantes, torturas, ejecuciones sumarias, asesinatos impugnes, se ponen de
manifiesto día a día. Estas fosas
comunes, coma las de Playa Aaiun, Foss Bucraa o la Cárcel Negra, demuestran
lo que la Comunidad Internacional ya conoce desde hace años y que se mantiene
en secreto: el genocidio del pueblo
saharaui.
Los
informes de los organismos marroquíes falseando la verdad, creando cortinas de
humo sobre las víctimas y los hechos, es una estrategia evasiva y de protección
del régimen marroquí para ocultar el genocidio que, desde la ocupación, viene
llevando a cabo contra la población civil, añadiendo a esto la burla que hace
el régimen ocupante a las víctimas, sus familiares y a toda la Comunidad
Internacional.
Desde
esta Fundación, nuestro sentimiento más profundo y sincero para las víctimas y
sus familiares.
Un
equipo de investigación y forense formado por la Sociedad Aranzadi, el
Instituto Hegoa y la UPV-EHU, con la ayuda de Euskaqwerfv .
l
Fondoa, el Ayuntamiento de Donostia y la Diputación de Gipuzkoa han localizado
dos fosas comunes en el Sáhara e identificado, mediante análisis de ADN, los
restos de ocho saharauis, dos de ellos menores de edad. El Informe Meheris
revela que las víctimas fueron ejecutadas por arma de fuego el 12 de febrero de
1976 por miembros del ejército marroquí.
En las
fosas, situadas a escasos kilómetros del muro construido por Marruecos, se han
hallado dos documentos de identidad españoles que correspondían a: Mohamed
Abdalahe Ramdan (DNI A-4131099) y de Mulud Mohamed Lamin (DNI A-4520032). Otro
esqueleto conservaba una cartera plastificada con membrete español a nombre de
Salama Mohamed Ali Sidahmed. Junto a los huesos, el antropólogo forense
Francisco Etxeberria, que dirigió la investigación con el psicólogo Carlos
Martín Beristáin, encontró vainas de proyectiles de fusil. De igual modo se ha
comprobado que los cráneos de las víctimas presentan perforaciones de balas.
El
equipo se desplazó a la zona de Fadret Leguiaa, en la región de Smara, para
comprobar si, tal y como indicaba la Asociación de Familiares de Presos y Desaparecidos
Saharauis (AFAPREDESA), allí había restos humanos de víctimas saharauis.
Además, el equipo de investigación tuvo conocimientos de la existencia de un
testigo de las ejecuciones (Aba Alid Said Daf), que tenía 13 años cuando se
produjeron los hechos.
Según
Aba Ali Said Daf, el 12 de febrero de 1976 fuerzas militares marroquíes
desplegadas en la zona de Amgala detuvieron a varios beduinos. Este fue
detenido, a pesar de ser menor de edad, con otros dos vecinos y conocidos:
Mohamed Abdalahe Ramdan y Mulud Mohamed Lamin.
Relata
Aba Ali Said Daf: “Hacia las ocho de la tarde vino uno [militar marroquí] en un
coche jeep. Llamó a Mohamed Mulud primero. Le preguntó: ‘¿Dónde están los
Polisario?’. La segunda pregunta que le hace es: ‘Dame tu carné de identidad’.
Mohamed Mulud negó tener conocimiento del Polisario. Acto seguido le disparó
[el militar marroquí] directamente, en pleno corazón. Luego llamó a Abdelahe
Ramdan y le hizo la misma pregunta que a Mulud, disparándole de la misma
manera. El hombre que les disparó tenía pistola, pero cogió un fusil para
hacerlo”. Igualmente fue testigo de la detención de Bachir Salma Daf, otra de
las víctimas halladas en la fosa, de solo 14 años. Aba Ali Said Dad declaró que
escuchó la voz del padre del chico, Salma Daf Salec Bachir, suplicando que no
lo mataran. Ambos fueron ejecutados.
Ese día
también fueron detenidos Sidi Salec, menor de edad, Sidahmed Segri Yumani,
Salma Mohamed Sidahmed y Salama Mohamed Ali Sidahmed. Sus familiares no
volvieron a saber de ellos.
El Consejo
Consultivo de Derechos Humanos marroquí publicó un informe en el que reconocía
la desaparición de 351 saharauis bajo su responsabilidad. El texto facilitó
información sobre el destino que tuvieron 207 víctimas. Precisamente, cuatro de
ellas forman parte del grupo hallado ahora en las fosas de Smara. Según el
organismo marroquí, esas cuatro víctimas murieron en el cuartel de la ciudad,
no da fechas de los fallecimientos y, además, sitúa las detenciones en fechas
distintas a cuando en realidad ocurrieron los hechos. Según el informe de la
Instancia de Equidad y Reconciliación, Salma Daf Sidi Salec: “Arrestado por el
ejército real en junio de 1976 en Smara, fue conducido a una de sus bases,
donde falleció”. De su hijo, Salma Daf Salec Bachir, de 14 años, dice lo mismo.
De Salama Mohamed Ali Sidahmed, “fallecido durante el secuestro sin fecha
exacta”. Mohamed Abdalahe Ramdan, “arrestado el 22/02/1976 en Amgala por el
ejército, fue conducido hacia la base militar de Smara, donde falleció, sin
fecha exacta”.
Los
asesinos enterraron superficialmente a las víctimas. A finales de febrero de
2013 un pastor llamado Abderrahman Abaid Bay encontró unos restos humanos
esparcidos sobre la arena en la zona. Cuando el equipo de investigación y
forense llegó al lugar, descubrió un hueso fémur derecho semienterrado,
afectado por la exposición solar.
Además
de los DNI españoles ya señalados, los forenses recuperaron prendas que vestían
las víctimas el día de su desaparición y que sus familiares habían descrito a
la perfección antes de que se abriera la fosa y se comprobara que tenían razón.
Así, Mahmud Salma Daf identificó el jersey azul de su hermano, que tenía 14
años cuando lo mataron, y las cuentas del rosario de su padre.
El
equipo de investigación español ha demostrado que dicha información es falsa:
tanto las fechas señaladas como los hechos. “Las detenciones ocurrieron el
mismo día y los detenidos no fueron trasladados a ningún cuartel, sino que
fueron ejecutados inmediatamente en el mismo lugar”, recoge el informe. El
análisis genético lo confirma. No hay que olvidar que el reino alauí sostuvo,
ante el consejo consultivo de la ONU, que las víctimas fallecieron en un
cuartel militar durante su periodo de detención.
El
informe del equipo de investigación concluye: “Las implicaciones jurídicas y en
términos de derecho internacional de los derechos humanos de este caso son
evidentes y muy relevantes. Deberían ser evaluadas por las autoridades
saharauis y españolas, dado que se trata de ciudadanos saharauis con DNI
español, y por los órganos y mecanismos competentes del sistema de Naciones
Unidas de protección de derechos humanos. Asumiendo las autoridades de
Marruecos su responsabilidad en el caso”.
No hay
que olvidar que la obligación de investigar los delitos de lesa humanidad en el
caso saharaui corresponde también al Estado español, al que pertenecen los
ciudadanos desaparecidos que habitaban en la provincia española número 53. La
comunidad internacional sigue considerando a España como la potencia
administradora, ya que no reconoce los acuerdos por los que la dictadura
franquista otorgó el territorio a Marruecos y a Mauritania, en noviembre de
1975.
Fonte:
Poemario por un Sahara Libre, El País, Público e Naiz Info.
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